domingo, 25 de octubre de 2015

Juan Ramón Jimenez, el poema de la sensibilidad

Tal día como hoy 25 de octubre de 1956, el poeta español Juan Ramón Jiménez es galardonado con el premio Nobel de Literatura.

Juan Ramón, ganó el Nobel por el conjunto de su obra literaria, aunque se destacó singularmente como trabajo destacado, la narración lírica “Platero y yo”.

En 1893 estudió Bachillerato en el Puerto de Santa María, y se trasladó a Sevilla tres años después para ser pintor, creyendo que esa era su vocación, pero fue obligado por su padre a estudiar la carrera de Derecho en la Universidad de Sevilla, aunque la abandonaría en 1899.

En 1900, la muerte de su progenitor ocasionó la ruina familiar, con el patrimonio embargado judicialmente, lo cual le produjo una honda depresión por la que en 1901 es ingresado, y simultáneamente mantiene una extensa actividad amorosa, con mujeres solteras, casadas, con la esposa del psiquiatra que la atendió... y “hasta con monjas”, como proclama su editor.

En 1905 regresó a su pueblo natal por los problemas económicos familiares, coincidiendo esta época con la etapa de su mayor producción literaria.

En 1913 conoce a Zenobia Camprubí, enamorándose de ella y en 1916 contraen matrimonio, escribiendo Juan Ramón su “Diario de un poeta recién casado” obra que marca la frontera, entre la etapa sensitiva y la intelectual.

En 1930 conoce a la escultora Margarita Gil Roësset, amiga de su mujer, que se enamora locamente del poeta y cuando este la rechaza y tras dos años de intentos por lograr su amor, ella se suicida, mientras su esposa sufrirá los primeros síntomas del cáncer de ovarios que acabaría con su vida.

En 1936, estalla la Guerra Civil y desde el principio apoya a la República, pero se siente inseguro en Madrid, pues el diario socialista “Claridad” emprende una dura campaña contra los intelectuales, siendo el propio Manuel Azaña quien le ayuda a salir de la capital y del país, instalándose en Washington, como agregado cultural en la Embajada de España..

En 1939 los “nacionales” saquean su piso de Madrid y roban los libros, manuscritos y pertenencias suyos y de su mujer, agudizándose en este tiempo sus periodos depresivos, por lo varias veces entre 1940 y 1946 permanece hospitalizado a causa de ellos.

En agosto de 1948, el matrimonio viaja a Argentina y Uruguay, siendo apoteósicamente recibidos y en 1950 ambos vuelve a Puerto Rico para dar clases, hasta que en 1956 recibe el Nobel de Literatura y tan solo tres días después, muere su esposa, de cuya perdida jamás se recuperaría.

Juan Ramón Jiménez fallece dos años más tarde, de una bronconeumonia, en la misma clínica que su esposa y finalmente sus restos fueron trasladados a España, llegando a Madrid en junio de 1958.

Su obra cumbre “Platero y yo”, fechada en 1914, se convirtió en la más popular del poeta, escrita en una maravillosa prosa, que suavemente lleva al lector a través de un cuidadoso retablo de imágenes poéticas desde la misma presentación en el inicio de la obra, de este inmortal borriquillo:

“Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.” ( Primer párrafo de “Platero y yo” )


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