sábado, 17 de octubre de 2015

La designación de Barcelona como sede olímpica de 1992

Tal día como hoy 17 de octubre de 1986, los miembros del Comité Olímpico Internacional, designan a la ciudad de Barcelona, sede de los Juegos Olímpicos de 1992.

Los Juegos, denominados “Juegos de la XXV Olimpiada”, se celebraron entre el 25 de julio y el 9 de agosto de 1992, participaron 9.356 atletas  de 169 países, en 28 deportes y 257 especialidades.

Barcelona ya había sido candidata en 1924, 1936 y 1940, pero en 1982 el proyecto continuó con mayor fuerza y se creó la Oficina Olímpica de Barcelona, contando con el apoyo institucional del gobierno español, la Generalitat y el ayuntamiento de la ciudad, que dieron intenso apoyo a la organización de los Juegos y antes incluso de la designación como ciudad organizadora se había alcanzado la cifra de 60.000 voluntarios.

Finalmente el 17 de octubre de 1986 en Lausana, Barcelona fue elegida por delante de París a la que derrotó en la tercera votación por 47 votos a 23.

El 25 de julio de 1992 a las 22:20 horas tras una ceremonia inaugural en la que participaron Montserrat Caballé, Freddie Mercury, José Carreras, Plácido Domingo y Alfredo Kraus, y el grupo de teatro La Fura dels Baus, siendo inaugurados por  el rey Juan Carlos I.

El arquero paralímpico Antonio Rebollo, encendiendo el pebetero al pasar por encima una flecha en llamas, lo cual resultó espectacular pues en televisión se logró un perfecto efecto óptico, mediante un estudiado ángulo de visión de la cámara.

Durante los Juegos se batieron 32 récords mundiales y 73 olímpicos y España logró trece medallas de oro, cuando en toda su historia tan sólo había logrado cuatro.

La ceremonia inaugural, en el Estadio Olímpico de Montjuic, contó con la presencia de los reyes de España, Juan Carlos I y Sofía y en la clausura, el 9 de agosto, el presidente del Comité Olímpico Internacional declaró que los de Barcelona habían sido los mejores Juegos Olímpicos de la Historia, lo que fue corroborado por todos los medios de comunicación internacionales, por su modélica organización y ausencia de incidentes.

Un despliegue policial sin precedentes en España funcionó durante los Juegos y en total, 45.650 personas integraron las fuerzas de seguridad y del ejército en el plan de seguridad establecido.

La olimpiada de Barcelona, se convirtió en la carta de presentación internacional de la España democrática, al trasmitir una imagen de dinamismo y modernidad decisiva a la hora de romper viejos estereotipos y de presentarla, como un país europeo avanzado ante la sociedad internacional.



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