sábado, 3 de octubre de 2015

La odisea del pesquero Alakrana, en aguas de Somalía.

Tal día como hoy, el 3 de octubre de 2009 se produce el secuestro del pesquero español Alakrana, por parte de piratas somalíes.

En el momento del abordaje, el pesquero se hallaba faenando fuera de la zona protegida por la operación “Atalanta”, pero en su auxilio acudió la fragata Canarias, que solo consiguió capturar a dos piratas mientras abandonaban el barco en un esquife, siendo enviados a España para ser juzgados por piratería.  

Mientras, los piratas trasvasaron gasolina del Alakrana al barco griego Ariana MV, que tenían secuestrado desde mayo del mismo año, con 24 tripulantes ucranianos entre ellos 3 mujeres. Una de las cuales había sido violada múltiples veces, quedándose embarazada y abortando, mientras otra - una niña de unos 12 años - también sufrió violaciones por parte de un "niño pirata". 

Para conseguir la liberación de los detenidos en España, los piratas aseguraron haber desembarcado a tres tripulantes y caso de no producirse la liberación, amenazaban con asesinarlos o bien entregárselos a las familias de los detenidos. (Que no se sabe que era peor)

Finalmente, se descubrió que en ningún momento les llevaron a tierra y todo fue una estrategia  para presionar al gobierno.  El 17 de noviembre, tras 47 días de secuestro, el Alakrana fue liberado tras el pago de un rescate de unos 4 millones de dólares por el armador del buque. 

En el momento del pago había 63 piratas de diferentes clanes a bordo, lo que parece indicar que  avisaron a otros delincuentes para que participasen del botín.

El 3 de mayo de 2011, los dos somalíes capturados, fueron condenados por la Audiencia Nacional a 439 años de cárcel por delitos de detención ilegal, robo con violencia y contra la integridad moral, absolviéndolos de los de terrorismo, banda armada, lesiones y torturas, que solicitaba la acusación particular.

Durante el juicio, los tripulantes del atunero relataron que, aunque comieron y bebieron con normalidad, recibieron un trato degradante de los piratas, con amenazas de muerte, entre otros episodios de terror psicológico, pues les amenazaban continuamente con las armas, que los piratas nunca dejaban, y con las que incluso les llegaron a disparar por encima de sus cabezas.

Desde esa fecha, fueron autorizados los pesqueros españoles que faenaban en la zona, a llevar a bordo personal con instrucción y armamento militar para su defensa.

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